julio 16, 2008

El tiempo siempre me gana. No puedo controlarme, no puedo controlar nada.
Me agarran, me tiran de la ropa, me caigo al piso, me levanto, y nunca puedo estar completamente en pie, porque siempre me caigo. Me resbalo. No tengo zapatos, entonces, me lastimo los pies, me duelen las rodillas, y me caigo, y mis rodillas se lastiman, y sigo intentando alcanzarte.
Son infinitas las veces que sueño que corro tanto que llego en algun momento, pero no sé quien sos, sé que hay alguien, pero no estoy segura de quien sos.
Siempre me despierto llorando, porque al final de cuentas, soy sensible, soy buena, soy estúpida.
No hay más nada que decir, porque si sigo hablando, entro en la vulgaridad, como siempre, de contarlo todo, y de que no me sepan entender, entonces me callo, mejor me callo, y no digo más nada.
Pero siempre al final, termino haciendo lo que quiero y no lo que debo hacer.
Estoy un poco cansada ya, me quiero dar una ducha, pero siempre estás vos, ocupándola, como cada minuto en el cual quiero respirar, pero vos lo hacés primero y ya no hay más aire. Entonces me ahogo, me ahogo y vos no me ves, y te reis, siempre te veo riéndote, siempre te reís mientras yo me estoy ahogando, y al final, siempre me caigo, porque no puedo mantenerme en pie.

No hay comentarios.: