noviembre 05, 2012

Eran las 22.30 y estaba sola en mi casa un sábado más. Chequeé mi lista de contactos de Whatsapp, y ví que él estaba de vuelta.
Juan, 27 años, soltero, administrativo contable, 23 cms, 1.85 mts. Lo que siempre me gustó es que fuese tan alto, que tenía que ponerme en puntitas para alcanzarlo, y bueno también que yo le gustaba, que le gustaba lo que hacíamos. Lo que hacíamos era algo especial, I mean, era sólo eso, sexo, pero tenía pasión, tenía muchas ganas, tenía todo y al mismo tiempo estaba todo vacío. Nunca hablabamos, la verdad es que no, nuestras conversaciones estaban llenas de silencios, y de "bueno", "dale", "sí, obvio", "eeeh", sonrisas, risas, suspiros, gemidos, gritos. Una sóla vez me puse a llorar; él me abrazó, y me besó tanto que se me pasó. Estaba colapsada, todo el quilombo con mis viejos me acompañaba cada vez que me acostaba, como todo lo que me pasaba. Nunca supe casi nada de él, es muy callado y reservado, lo cual facilitaba las cosas. Ninguno tenía que fingir, siempre jugabamos la misma carta, y ninguno de los dos perdíamos, porque sabíamos las reglas y ninguno hacía trampa.
Volvamos al sábado. Ese sábado lo encontré, hace 4 años que lo conozco a Juan y hace cuatro años que las cosas se resumen al párrafo anterior. Hacían 3 meses me había dicho que estaba saliendo con alguien; la verdad es que no se me rompió el corazón, ni lloré, pero sentí lo inevitable: todo lo que había pasado en esos 4 años no iba a volver a pasar. De todas formas, lo saludé, para saber algo de él.
- Estás Acá!
- Estoy acá. Cómo estás nena?
- Bien, re bien, vos?
- Bien. Hace mucho no hablamos, no?
- Sí. me habías dicho que estas en pareja, no quise molestarte.
- Pero si te dije que no era verdad.
(después de decirme que estaba en pareja, me lo negó. Y después lo volvió a ratificar).
- No, me dijiste que era mentira, y después me lo confirmaste!!
- No estoy con nadie. Cuándo nos vemos?
- Ehm, no sé, cuando quieras.
- Jueves o Sábado?
- Sábado. Igual vamos hablando.
- Si obvio.

El punto es que cuando alguno de los dos dice, "vamos hablando" terminamos en no hablar nunca y nunca nos vemos. Es obvio. Es lo bueno de conocernos hace tanto: ya sabemos las mañas del otro.
En la semana nos volvimos a hablar. Volvimos a quedar en vernos el sábado. El viernes me habló.

- Hola, Como estás?
- bien, vos?
- bien. Che, no hace falta que siempre que nos veamos tengamos sexo. No sé, digo, podes venir a charlar.

Hubo algo así como un silencio enorme en ese cuadradito de Whatsapp. CHARLAR? "no hace falta"? Desde cuando charlamos? Faltó que me ofreciera el mate, y las galletitas. Respiré hondo. No entendía nada. Con lo que me cuesta a mí no entender nada. Tenemos todo tan claro, por qué complicar las cosas? 

No hay comentarios.: