Llegué y estacioné el auto. Las nubes cargadas y la brisa del río, me daban un mensaje: no faltaba poco para la lluvia. Me di vuelta, me bajé del auto, y cuando empecé a caminar, me cruzé con personas de nacionalidades diferentes, autos, colectivos, micros, chicos en guardapolvos, casas de colores, calles sin veredas, y yo entre esa multitud. Me apuré, llegaba tarde a mi entrevista, caminé una subida, y doblé a la izquiera, y después seguí derecho y doble a la derecha de nuevo, encontré la dirección, y entré. El aroma a cuero fresco no es de los que más me gustan, pero intenté distraerme con algunas carteras, y zapatos mientras me atendían; Mirtha no había llegado, salí del local, y dí varias vueltas, entré en galerias de arte, casas de recuerdos, miles, y terminé sentada bajo una sombrilla comiendo pizza hasta que Mirtha regresara. Al ser las 13.30, hora que anuncié mi regreso al local, Mirtha no había regresado, pero creo que fue una de las mejores cosas que me pasó, lo vi a él.
Tenía mezcla de una persona trabajadora, con aire semental, y al mismo tiempo esa cara de abuelo, papá, que podía sacar mi lado más sensible a la luz. Estaba cortando cuero, tenía moldes de diversos tamaños, una trincheta, y su cuerpo flaco parecía tener mucha fuerza. Me acerqué a hablarle, mis ojos se llenaron de lágrimas, me emocionaba saber que estaba tan cerca y que en un futuro podría contar con miles de personas como él en mis talleres. Fueron 30 minutos de una charla que me volvió a dar la confianza que necesitaba, me habló de la vida, de los modelitas, de las escuelas, la universidad, los profesores, los costureros, las empresas, en fin, era una charla tan rica, que mi cuerpo estaba inquieto y la adrenalina subía cada vez más. Razonando hoy, no sé como se llamaba, ni que hora era, ni por qué me dijo todo eso, pero este Señor me dio una parte de mi vida que estaba ausente hacía ya casi un año, este señor que desde 1972 se dedica al corte de prendas, me devolvió mis ganas de volver a sentir lo que alguna vez sentí que quería hacer el resto de mi vida. Mirtha, no sé que pasó con Mirtha, pero encontré en ese recóndito lugar lo que había olvidado.
Volver a recordar la razón, es lo primordial. Mi razón está intacta, siempre lo estuvo, pero yo la había olvidado.
Meat is murder on the planet
Hace 12 años.
1 comentario:
Siempre hay alguien que nos devuelve a la realidad, donde estábamos sin saberlo.
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