abril 01, 2005

¿EXISTE?

ya no lo sé
me duele...
duele sonreir,
pero ya el dolor es normal,
no siento más que una molestia,
o simplemente un pedacito de falta de humor.
Nada se equilibra.
Todo se funde con el rojo vivo del hierro...
Y nada sobrevive a ese infierno.
No puedo no acercar mi rostro a ese fuego inmenso,
pero abstengo, no tengo que tocar lo que no debo...
quizá pierda pronto, y no es mi partida,
quizá alguien robó mi juego y yo perdí las reglas,
y ahora no sé como jugarlo, y me pierdo en un dado...
en sus números, en los casilleros, me voy por los senderos,
y no puedo ubicarme, ni saber donde estoy...
atrapada, y sin salida, sin saber donde ir, ni a quien recurrir
¿ por qué nunca hay nadie a quien acudir?
ya nada lo vale...
pero siempre sigo aquí,
porque el aliento sigue sobre mi cuello,
porke siento algo sobre mi mano,
y aunque no sepa ni quien ni quienes sean,
o que quieren de mi,
estoy presente, porque sé que son,
son, serán y nunca fueron,
eso los hace únicos...
nunca me va a faltar ese brazo que laza mi cintura...
pero nunca supe bien lo que quería,
a quien quería, donde quería,
por qué quería...
y todavía no lo sé,
vago en mi alma en busca de una salida,
salida al mundo, salida a lo real, escencial, moderno,
externo, extrovertido, pero no lo hago, me encierro en mi ...
porque es mi única salida.
Los añicos me ayudan a preservar la calma,
pero siguen ahí, poblan el piso,
y no los tomo, no los agarro, no los uso...
espero que alguien pueda sentirlos...
y quizá mi trabajo no fue solo romperlos.

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