julio 14, 2005

sigilosamente traviesa.·

realmente ya no encuentro como hacerlo, me mantiene, me tiene, sabe que sentir, pero no sabe como hacerlo conocer, se retuerce, aprieta los ojos bien fuertes, muerde sus labios con bronca, pero nunca dejó de hacerse la desetendida.
Mantubo esa charla silenciosa, donde era la única, pero ella estubo entretenida por horas, hasta llegó a soltar carcajadas, que nunca fueron escuchadas por nadie, luego, sigilosa, soltó la primer lágrima, y todo volvió a nublarse como era de costumbre, lloraba, intentó todo, pero nada la hizo sentir placer, ya nada la hacía feliz, ya nada podía hacerla feliz, no podía hacerse feliz, no podía sonreir, ya no más, solo podía reir falsamente como todos lo hacían, podía encerrarse allí, y no salir más, total no encontraría nada. De qué servía todo aquello si no podía disfrutarlo, no por no saber como hacerlo, sino porque jamás podría volver a sentirlo.
Comenzaba a vaciarse, ella lo hacía por si sola, no encontraba la forma, pero lo hacía, lo hacía, y a cada segundo conseguía que un espacio recibiera un nombre nuevo, y ya no quedaba más.
No tenía más nada, resistió la salida, pero no la entrada, y así lo consumió todo, pero no salía, no dejaba que saliese, pero ella se empecinaba con que tubiese una salida... pero no podía hacerlo, no sabía como.
Momento a momento, segundo a segundo, rompió el humbral con la sombra y la luz, rompió el cristal, vio una gota de esperanza y se lanzó sobre ella.

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