noviembre 13, 2007

Ellá sonrió. Moría todos los días al recostar su cabeza sobre las vías del tren. Él sonrió. Vivía todos los días al abrir sus ojos sobre el lecho de madera que sus padres habían preparado para él. Nosotros sonreímos. Veíamos la vida pasar y no la saludamos, veíamos la muerte venir y la recibíamos con una fiesta totalmente organizada en hospitales y casas fúnebres. Ellos sonrieron. Observaron la destrucción de naciones completas por la ventana de sus aviones. Vos sonreíste. Compraste eso que tanto creías necesitar, sólo por la satisfacción de tenerlo. Yo sonrió, pero se que soy igual a todos ellos.

No hay comentarios.: