noviembre 09, 2007

DOLOR

Y todavía, con aliento a caramelo de miel, una taza de té y mirando por la ventana mientras sostenía el teléfono, pensó cuidadosamente cada una de sus palabras, y le dijo: "yo no sé si la muerte es dolorosa, la vida es muchísimo más dolorosa para mí, y el peor castigo no sería ese, el peor castigo es todavía no haber encontrado a nadie que sepa que existo".

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