agosto 03, 2009

Memories

hacer el amor entre él y yo era inevitable. Ardiamos con tan solo mirarnos, no estabamos enamorados, ese amor lo ibamos construyendo en cada caricia, después de que cada gota del sudor más dulce cayera sobre el cuerpo del otro, cuando las sabanas se entrelazaban en nuestras piernas, y nuestros cuerpos caían hasta aproximarse tanto entre sí que eran uno solo. Las horas duraban eternidades porque era ese el tiempo que ocupabamos el mismo lugar, respirabamos el mismo aire, haciamos el mismo amor.

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