marzo 17, 2011

Había dos formas de verte: a través del espejo o cuando me acostaba y cerraba los ojos. Ya no eras real, era algo que sucedía sólo si yo quería que sucedieras, eras efímero, porque si me paro enfrente del espejo y cierro los ojos, ya no te veo, si me acuesto a dormir, ya no te veo. No te veo más, y todavía puedo seguir respirando, no sos tan imprescidible, ni tan hermoso, ni tan perfecto, en verdad, ya no sé bien quien sos, aunque de vez en cuando me gusta saber que puedo observarte, que todavía seguís ahi, y que vos no podes verme a mí, no sabés de mí, nunca supiste algo de mí, nunca te interesó tener que ver conmigo.

No hay comentarios.: