octubre 11, 2011

4 de Mayo de 2010

Al final soy tan hipócrita como todos. No sé mentir, no sé hundirme, no sé sentir, no sé hablar, ni siquiera puedo fumar, drogarme, y hacer las cosas que tengo que hacer. No es que tenga que fumar o drogarme, o hablar o sentir o tal vez hundirme, sino que estoy inmóvil veo pasar las cosas y ni siquiera puedo disfrutarlas. Llorar no es una opción, ¿qué es llorar? ¿acaso llorar es la solución? Hablar de amor me da asco, me da asco la soberbia, me da asco el olvido, me da asco, me da asco todo, y nada al mismo tiempo. Pienso en todo y en nada, quisiera pensar más en nada que en otra cosa, me duele la realidad, me duele sonreir, me duele llorar, me duele el estómago cada vez que pienso en que arruino las relaciones que me rodean porque no las entiendo. No entiendo a la gente, no sé quien me rodea, no se quienes son, no se que quieren, no se que quiero, tengo miedo, tengo frío, va a llover, y cuando llueve me da miedo, siempre tengo que manejar con lluvia, y escuchar Eterna Inocencia, y acordarme de vos, y de cuando criticabamos las cosas que nos gustaban. No sé decir lo que siento, estoy aterrada hasta el cansancio. No sé tocar fondo, no sé salir a la superficie, ¿dónde está la persona que debería de ayudarme? No sé donde estoy, me pierdo estando sentada, mi cabeza funciona demasiado, es la desesperación.

No hay comentarios.: