marzo 11, 2024

Siempre se vuelve a donde uno sintió placer

¿Como voy a apretar ctrl tab y no va a traerme del título al cuerpo del texto? Cualquier cosa para no pensar que estoy presionando mis dedos contra el teclado para escribir algo que no es un email de trabajo, o un chat con mis amigas. Estoy escribiendo ahora mismo y quiero dejar de pensar en esto pero es algo que me obsesiona bastante más que vos y eso muy importante: quiero dejar de pensar tanto en vos y pensar más en mí, en mi culo gordo, en mi panza gorda, en mi cara redonda sin forma de los muchos kilos que acumulo. Al menos ahora volví a escribir.


Vine acá porque leí un poema de Borges que me gusta, que habla sobre nunca volver a ser feliz, o bueno dejar de serlo. Y me acordé de este blog que tengo desde que soy una adolescente que le dolía todo el cuerpo, le dolía toda la vida. Te tengo, pequeña, quedate tranquila que te abrazo y te tengo todo lo que nadie te abrazó y te tuvo. Está todo bien ahora, soy hermosa, inteligente y poderosa, aunque todavía estoy gorda, pero eso ya lo vamos a solucionar.

Volví porque en algún punto siento placer cuando me duele por eso me gustas: porque me da placer que me digas que soy fea, y que te rías con eso, que sepas que no diciéndome algo lindo me vas a tener ahí, muerta por vos. Me querés muerta, y mi psicóloga tiene razón: si me querés muerta y me maltratas probablemente seas un tóxico que mucho no me quiere. Pero qué se yo de un amor sano si cada vez que algo no me sale dejo de comer por varios días, como si eso fuese a resolver mis problemas.

Debería matar la fantasía de que ser flaca es la solución de todo. Pero la alimento porque de alguna manera es mi consuelo. Sé que cuando sea flaca probablemente vaya a querer morirme de nuevo, tal vez por eso me guardo en este cuerpo gordo porque al menos puedo odiarme tanto por tenerme que por no tenerme.

No voy a mentir: extrañaba sentir esta angustia que me golpea cada uno de mis huesos, que me entumece los músculos, que me hace gemir. Soy una adicta a esta sensación porque me hace sentir algo entre tanta nada y tanta tranquilidad.

Ah sí, ahora estoy tranquila y no es suficiente. La incomodidad de que todo esté en su lugar, de que el mundo se haya vuelto un lugar equilibrado realmente no me parece en absoluto. Afuera llueve y siento que es la señal perfecta para mostrarme de que el sol nunca solucionó nada, que el agua la fuerza de la vida y la energía, que el sol no es más que el descontrol de felicidad, un libertinaje de dar y dar y dar y nunca recibir nada.

Volví porque acá siempre tuve un lugar, y lamento no venir tan seguido. Sé que algunos me juzgan por no escribir, pero me dolía tanto, me dolía más que este dolor que siento porque soy caprichosa y no puedo tener lo que quiero. Perdón, sé que probablemente no vuelva en algún tiempo o sí, no sé, pero perdón por adelantado, a veces me quiero esconder en esa nube de felicidad y entumecimiento, me olvido que no es menos doloroso, me olvido que las nubes son aire denso y la felicidad no existe en este mundo. Elijo creer en las estupideces y en el poder de una sonrisa. Me pierdo la fuente inagotable de potencial que es la angustia.

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